publicidad Noticias |Análisis ¿Cuál fracaso? A pesar de su retirada de Siria, Rusia sigue un paso adelante
Durante
cinco años, el Presidente Obama ha rechazado firmemente el argumento de
que Estados Unidos podría intervenir en Siria, alterar el equilibrio de
poderes en el campo de batalla y evitar ser arrastrado a un callejón
sin salida.
Pero
el anuncio ruso de la retirada del grueso de sus fuerzas de Siria,
una sorpresa para la Casa Blanca, desmintió la tesis de Obama. Rusia ha
intervenido en Siria y contrario a lo que muchos creían, no se ha visto
perjudicada por su arrojo militar. Al contrario, ha mantenido la
iniciativa y el liderazgo en la región, mientras Estados Unidos hacía lo
posible por mantener cierta distancia con la guerra.
La
Casa Blanca felicitó a Rusia por la retirada, pero siguió criticando la
intervención mientras trataba de comprender los motivos que llevaron a
la salida.
Josh
Earnest, portavoz de la Casa Blanca, afirmó que la intervención rusa
benefició a Assad y complicó una posible solución política.
En
Estados Unidos algunos funcionarios advirtieron que necesitan más
evidencias de la retirada para creer que es genuina. El martes, el
Pentágono dijo que había detectado la salida de menos de una decena de
aviones rusos de Siria y ningún movimiento significativo de tropas.
Sin
embargo, otros funcionarios estadounidenses consideran que sí hay
razones par creerle a Putin. El líder ruso arriesgó su credibilidad con
el actual cese al fuego y con las negociaciones en Ginebra. También
quiere aliviar las tensiones con la Unión Europea, que le atribuye a
Rusia cierta responsabilidad en la crisis de refugiados. Finalmente,
está impaciente con el Presidente Assad dada la incapacidad del ejército
sirio de recuperar territorio pese al apoyo aéreo ruso.
Para
Putin, en ese escenario, el costo de seguir participando en la guerra
siria era mayor que el de retirarse, tanto de cara a la opinión pública
en su país como frente a la comunidad internacional. Su objetivo
principal, que el régimen de Assad no cayera, se ha cumplido. Y ahora
cualquier solución al conflicto pasa por que Rusia esté sentada en la
mesa de la negociación.
A
Obama también le beneficia la decisión rusa: alivia la presión para que
Estados Unidos aumente su apoyo a la oposición moderada siria, algo que
no quiere hacer. Estados Unidos quiere que Rusia sea un actor
importante en la negociación política por su capacidad de influenciar al
gobierno sirio.
El
anuncio de la retirada rusa pone de manifiesto que son ellos quienes
han tomado la iniciativa en Siria desde hace tiempo. Ahora, la campaña
de bombardeos contra el Estado Islámico que lidera Estados Unidos tendrá
que continuar. Los rusos se han centrado sobre todo en los rebeldes que
se enfrentan al régimen, pero también han golpeado a los islamistas
radicales.
Andrew
J. Tabler, experto en Siria del Washington Institute for Near East
Policy, está entre quienes se lamentan por la decisión rusa, pues siente
que Estados Unidos pierde un aliado militar contra el Estado Islámico.
“De repente, no podemos contar con los rusos en la lucha contra el
Estado Islámico y eso alargará la duración de esta guerra y la
implicación de Estados Unidos y Occidente”.
En
una entrevista con The Atlantic, Obama dijo que la intervención rusa
fue un error que reveló más debilidad que fortaleza. Y añadió que pensar
que los rusos estaban en una mejor posición tras la intervención no es
más que “estar confundido sobre la naturaleza del poder en las
relaciones internacionales” y llevó la explicación a otro ámbito: “Su
economía lleva tres años en recesión”.
Algunos
expertos en Rusia han dicho que no hay pruebas de que la decisión de
retirarse de Rusia sea política ni económica. Para la prensa rusa se
trata de una “misión cumplida”.
Angela
Stent, experta en Rusia de la Universidad de Georgetown, dijo que la
intervención rusa no ha sido un fracaso. “Lo habría sido si sus
objetivos hubieran sido más ambiciosos, ya fuera la destrucción del
Estado Islámico o mantener la unidad del país”.
Derek
Chollet, que ha trabajado en el Departamento de Estado y la Casa Blanca
durante el gobierno de Obama, cree que la intervención rusa en Siria
“quería que Assad ganara tiempo y lo ha conseguido, pero ha empeorado la
situación en el país. Es fácil tener éxito en una guerra si intervienes
sin escrúpulos”.
Chollet
señala que Rusia sabe cómo sorprender a Estados Unidos con decisiones
tácticas, por ejemplo, con la invasión de Afganistán. Pero esas
decisiones no siempre son exitosas a largo plazo.
Otros
analistas piensan que la estrategia de los rusos demuestra que el
argumento de Obama sobre la intervención era una falacia. Podía haber
intervenido en Siria sin quedarse atrapado en un compromiso profundo.
Tabler
lo resume así: “Ha demostrado que se podía intervenir, bombardear,
enviar tropas y retirarse. Que se podía cambiar el equilibro de fuerzas
de la guerra y evitar que el régimen cayera”.
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