Dispendio gubernamental

Dispendio gubernamentalDanilo Medina en campaña anunció un nuevo “pacto fiscal, con diálogo” y la revisión de todas las exenciones al ganar. Tiene mayoría aplastante y puede imponerse, pero eso solidificará a sus enemigos y gobernará con la soga al cuello.
El sacrificio fiscal de mantener las ayudas, subsidios y gastos superfluos se revisará.
Eso esperamos, pero no más parches, please; cuando lo que debemos hacer es simplificar y poner a pagar a todos con estimaciones en base a datos cruzados y auditorias de punto fijo a todo el mundo, empadronado o no. Eso lo hicimos con Luis E. Tonos cuando fui su encargado de Programación, pero la presión política lo aplazo y nos concentramos en itebis.
El Pueblo, empresarios y afectados se preparan con el rechazo y le preguntan al Sr. Presidente, respetuosamente, ¿No es mejor bajar el gasto y subir impuestos a bienes de ostentación y en bancos, a los ricos? 
Pepín y amigos millonarios, aceptan pagar más, pero los demás evitan pagar y mueven sus fondos fuera. El secreto bancario debe levantarse por ley con anuencia de Supdt de Bancos y Fiscalía, si hay motivos de sospecha.
Pero en este país la austeridad es una de esas palabras a las que cuesta ponerles un techo. Cuando la nombran, sobre todo cuando se refiere a gastos en instituciones públicas, me recuerdo de aquella frase que reza “lo que no cuesta se hace fiesta” y es bien difícil no tener esa sensación en este país.
Y pasa lo mismo cuando uno trata de encontrar ejemplos de austeridad en los tres órganos del Estado: el Ejecutivo, el Legislativo y el Judicial.
No existe tal austeridad. Y los ejemplos sobran. Pero estas últimas semanas hemos visto un sinnúmero de casos.
Los medios, en general, han podido mostrar unos “con pruebas” y las redes sociales han encontrado otros en medio de rumores. Pero lo cierto es que en la práctica no parece que alguien esté pensando en ser austeros.
En todo caso, no creo que el ciudadano común se pueda dar el lujo de faltar a la oficina y seguir recibiendo su salario como si nada.
No hay nada de justicia en la casa del pueblo, con estos abusos.
Lo más triste es que todos, en campaña, o recién sentados en la silla, prometen evitarlos, pero la costumbre es que cambien, pero de mentalidad.
Y se trata de eso, de cambiar, pensar diferente, educarnos, de principios, de pelear porque no se cumpla eso de que, en arca abierta, hasta el justo peca.
Haga el ejercicio y piense qué pasaría si el diputado, funcionario, o senador fuera usted.
Si se lo permite el reglamento, ¿cambiaría su carro por uno del año?, ¿almorzaría en la oficina y lo pagaría con fondos del Estado? Hay quien critica mucho pero que si pudiera metería hasta la factura del súper, mantenimiento y su gasolina privada en los gastos de institución.
Piénselo y no sería fácil resistirse a la tentación. Pero allí radica la diferencia entre unos y otros. Y de esos, de los honestos es de los que más necesitamos, pero son esos los que están en peligro de extinción (si no extintos)
El PRM dice dará cátedras con David Collado y sus otros ganadores. Cambio cultural que esperamos:
Hacer un corte al dispendio y salidas con facturas prefabricadas, no se robe las resmas de papel de su oficina, no se lleve la engrapadora, ni la tijera nueva. Haga un punto y pague sus impuestos y pague lo justo a las personas que trabajan con usted en su casa. No es fácil.
Da pesar encontrar innumerables ejemplos de cómo los dominicanos buscamos aprovecharnos de quien se deje.
Los cambios, como ocurre en todos los temas, se deben generar en pequeñas actividades, para que cuando vengan los grandes retos, sean los principios los que no nos permitan dislocarse.
La presión tributaria, la inseguridad y los subsidios a los vagos en el partido que solo esperan las ayudas es lo que debemos cortar y ponerlos a barrer y pintar los embarres de esta tortuosa campaña electoral que terminó disque en mayo y sigue hasta el 2020.
Seguir queriendo responderle a la realidad con parches y remiendos es algo que ya demostró, desde hace buen rato, su inoperancia y su carácter contraproducente.
En el caso de la sostenibilidad fiscal se trata de ver los números como son y las posibilidades tal como se presentan.
El país necesita de más recursos, eliminar exenciones y baja en gastos fijos, pero sin el chantaje que apuesta al miedo paranoico delincuencial que tenemos de, “si hay dinero mejoraremos seguridad en RD y sin recursos no podemos”
jpm

Comentarios

Entradas populares de este blog

Estas son las 10 mujeres con las panochas más grandes hasta el día de hoy ¡Esto alegrará a tu ganso!

Abraham Hazoury le entra a los Rainieri; defiende construcción aeropuerto de Bávaro